Cómo contemplar el estilo
Wabi Sabi en el Mediterráneo
La estética Wabi sabi está basada en la simplicidad, la modestia, la simetría y la aspereza. Es más intuitiva que intelectual y está descrita por los procesos naturales y el ambiente íntimo.
Como sabemos esta corriente filosófica viene de Japón, pero no es necesario que tenga una estética japonesa para que sea Wabi sabi. Podemos encontrar Wabi sabi en cualquier elemento de decoración de estilo mediterráneo. Es un sentimiento que inunda cualquier parte, cualquier objeto.
La decoración mediterránea se nutre de materiales tradicionales y locales.
Aunque se pueda adaptar a unas pautas más o menos modernas, la verdad es que sigue la tradición de alguna manera. Los colores utilizados son los cálidos de la naturaleza, blancos, beige, crema, ocres o piedra, y se emplean normalmente como telón de fondo.
Como ya hemos visto, éstas también son una de las características destacadas que tiene el estilo Wabi sabi.
La artesanía mediterránea en los estilos de decoración
El trabajo y el diseño artesanal mediterráneo es algo que perdura en el tiempo y que cada vez cobra más valor. Podemos encontrar wabi sabi en productos realizados por artesanos locales, como en la cerámica y los suelos de terracota, en las lámparas y cestos de mimbre realizadas con fibras vegetales y en los bancos de piedra tallada colocados a la entrada de las casas de Valldemossa, en Mallorca.
En estos casos, se pueden encontrar las marcas del tiempo y ver la huella que la vida ha dejado en su camino. Se puede observar que son objetos sencillos, modestos y con formas orgánicas.
Pero lo más importante de todo es, que están fabricadas bajo un trabajo manual, donde el proceso está lleno de sensibilidad.
La belleza de lo simple al estilo mediterráneo
Los productos wabi sabi son aquellos que tienen un alma, una esencia, una simplicidad propia y una historia detrás. Podemos encontrar Wabi Sabi mediterráneo en las puertas de madera de casas de Binissalem, Alaró o Lloseta, por ejemplo; en las piedras de la entrada a la iglesia de Santa Eugenia; en las vigas de madera del monasterio de Lluc; en alfombras de yute; en elementos de arado del campo; en azulejos hidráulicos; en antiguas cazuelas de barro; en tejidos de lana…
Todo esto son sólo unos pocos ejemplos para entender que estamos rodeados de elementos sencillos, llenos de alma y con una gran belleza. Estamos rodeados de Wabi Sabi mediterráneo. Lo importante es saber tomarse el tiempo y la tranquilidad necesaria para admirarlo y, sobre todo, para comprenderlo. Cada uno, bajo su propia visión, puede hacer una interpretación de la filosofía wabi sabi en cualquier objeto de decoración mediterráneo. Sólo tiene que contemplar esa belleza.
En la decoración de las casas mediterráneas, se pueden encontrar objetos que han pasado de generación en generación. Cuando somos jóvenes no le damos el valor que tienen, pero conforme nos hacemos adultos, nos damos cuenta de las joyas y piezas artísticas que tenemos. Esas piezas también se venden en mercadillos y en rastros locales. Hay que tener un gusto estético basado en los valores de la artesanía para apreciar estas maravillas, como por ejemplo, en las vasijas y cuencos hechos con arcilla o barro o en los objetos de hierro macizo y forja.
Hablar de proyectos de decoración Wabi sabi no es exclusivo de objetos de barro o piedra. Podemos encontrar auténticas piezas realizadas por herreros locales, como los pasamanos de escaleras o las minimalistas planchas que empleaban nuestras abuelas para alisar la ropa. Sus claras imperfecciones por el paso del tiempo, y los claros signos de los escasos medios de fabricación que antiguamente se tenían, son señales de autenticidad.
Por lo tanto, todos esos objetos disponen de ese alma, esencia y simplicidad, que tanto caracteriza a dicha filosofía, evidentemente sin dejar de ser mediterráneos.
En resumen, tanto el estilo wabi sabi como en el mediterráneo tienen una clara conexión con la naturaleza y todos los materiales extraídos de ella. En ambos, cada pieza o cada elemento que vemos, transmite un sentimiento al reconocer su belleza. Tienen una esencia admirable y una profundidad destacable.